¡Muy buenas, familias!

Ya, de nuevo, en el albergue tras pasar la noche al raso… ha sido una experiencia inolvidable. Todos reunidos mientras caía la noche y se alzaba la luna ante nuestras cabezas, contando estrellas hasta caer dormidos.

Mucho antes, a primera hora de la mañana, nos dividimos en dos grupos, para poder acceder con toda precaución para los nidos de buitre y alimoche; por un paraje tan único como cercano: el Parque Natural de las Hoces del Río Riaza. Visitamos un punto de interés cultural como es la Ermita de El Casuar, pasando por el Refugio de Rapaces creado por Félix Rodríguez de la Fuente y llegando a la Casa del Parque, donde pasamos la tarde entre baños, juegos y analizando sus aguas en busca de macroinvertebrados.

Esta mañana, a la “vuelta a casa”, un grupo de irreductibles que aún manteníamos las energías intactas, hemos recorrido una pequeña senda siguiendo el rastro de corzos, encontrando egagrópilas y siendo sobrevolados por águilas calzadas y buitres entre otras aves.

Ahora toca ducha, reponer fuerzas y seguir con la tarde, ¿qué nos tendrán preparado?

¡Un saludo!