Nos encontramos en la cena tras habernos acicalado, unos más que otros (ya sabéis vosotros…). El tiempo nos ha acompañado durante toda la jornada lo que ha ayudado a que los chicos disfrutaran aún más de este maravilloso entorno. Tras la asignación de habitaciones y haber deshecho las maletas, hemos comenzado con el reconocimiento del entorno. Los chicos, en grupos, han tenido que reconocer y encontrar algunas piezas clave del pueblo, muestras del uso de un pasado lejano para ellos y prácticamente olvidado para casi todos. Después de comer, macarrones y costillas (no ha habido quejas y la mayoría han repetido) han conocido o recordado el pinar. En este entorno han usado todos los sentidos para reconocer el medio natural en el que no acostumbran a moverse. También han debido usar la imaginación y recursos para poner en práctica la biomímesis.

Os dejamos. ¡Qué la cena se enfría!

P.D.: Esperamos que lo  estéis pasando igual de bien que nosotros.