- Por ‘Sendas del Riaza’
Nos llegó el 10º grupo de alumnos del Centro de Las Rozas, el último este curso escolar. Bajaron del autobús entusiasmados y dejaron la maleta rápidamente en el pasillo, para ponerse a recorrer el albergue en toda su extensión. Les encantó, solo se oía decir: ¡Qué bonito, huele a nuevo, mirar nuestra habitación, decían las chicas y esta debe de ser la de los chicos, me pido esta litera y yo esta otra!.
Una vez que recorrieron el albergue, se instalaron y dimos una vuelta por el pueblo, viendo a las gentes del lugar que salían a las puertas de sus casas a darles la bienvenida. Algún vecino invitó a los chicos a ver su cocina, todavía de leña como hace años se tenía en todas las casas de los pueblos de Castilla, antes de que llegara el carbón y más tarde el butano, los chicos no salían de su asombro, llegaban de Madrid con 7 u 8 millones de habitantes a pasar unos días a un pequeño pueblo de Segovia, con tan solo 20 habitantes, sin tiendas, ni bares, algo insólito para ellos.
Cenaron muy bien pues tenían ganas de probar lo que otros compañeros les habían dicho, buena comida y además a su gusto “con mucho tomate” y se podía repetir cuantas veces quisieras, “cómo mola” decían algunos. En las excursiones, pudimos ver corzos con crías, pollos de buitres y hasta el Alimoche posado en una roca, al que ellos mismos fotografiaron para su colección de imágenes. Desde un alto, siguieron con atención todas las explicaciones sobre la historia de la zona, desde la prehistoria a los romanos, llegando a Napoleón y los bandoleros que había en esta zona, hasta nuestros días y la creación del Parque Natural de las Hoces del río Riaza. El tiempo fue magnífico, fresquito por la lluvias de por la tarde y unas nubes preciosas que nos acompañaron todo el día.
En las salidas por el Parque Natural identificamos un montón de plantas aromáticas, los chicos olían sus hojas y flores, quedando sorprendidos por sus aromas y seguimos con las plantas que nuestras abuelas y madres usan en la cocina para condimentar los alimentos y les encantó poder ver, tocar y oler en sus manos aquellas especies que sus madres tienen en casa en tarros de cocina con tantos colores. Algunas chicas se dedicaron a perseguir mariposas con la cámara, para hacerles una fotografía, cosa difícil por su rapidez, pero con paciencia lo lograron. Pudimos ver en el barro multitud de huellas de corzos, zorros y pequeñas aves que delataban su presencia en la zona, antes de nuestra llegada.
En lo más alto de la ruta, nos tumbamos al sol para comernos unas manzanas, que la cocinera nos había preparado, nos supieron a gloria, con el calor que teníamos, estaban fresquitas y muy dulces, además los buitres volaban sobre nosotros cada vez más cerca.
En el rio nos fijamos en el ruido del agua y como nos relaja a todos, con su murmullo y frescor, además aprendimos que el agua está siempre rodeada de un montón de especies de árboles y plantas muy especiales. Por la tarde jugamos a juegos populares y tradicionales de la zona, rana, bolos y frontón, que gustaron mucho a todos.
Como algo especial, pero que muy especial, celebramos el primer cumpleaños en el albergue, de unos de los alumnos, que cumplió 14 años, Carlos Sánchez de 2 D, creo que no olvidará fácilmente este día, le dimos buena una sorpresa y apagamos la luz del comedor, y mientras le cantamos cumpleaños feliz de la cocina salía un gran tarta con dos velas con el número 14, luego le regalamos un llavero del parque Natural y un fuerte aplauso. La fiesta fin de turno, fue preciosa, todos los alumnos se pusieron muy elegantes y además se inauguró la “bola de la discoteca”, que iluminada por dos linternas atadas al techo daba aspecto de auténtica fiesta.
Los alumnos de este grupo se aprendieron todos los nombre de las plantas, fueron limpios, educados y con un gran espíritu deportivo, lo que pone de nuevo el listón más alto para los grupos que venga al albergue el curso que viene.
El pueblo es ahora otra cosa desde que estamos aquí, ha recuperado el ritmo y el bullicio de la juventud. Este verano, trabajaremos duro para tener en septiembre nuevas rutas por el parque, actividades y juegos para los alumnos que por pasen por aquí.
Aprovechamos estas líneas para dar gracias a todo el personal de Gredos San Diego Cooperativa, la gente de las oficinas de Madrid, directores de los centros, jefes de estudios, profesores, conductores de los autobuses, vecinos de Valdevacas de Montejo y pueblos de la zona, ADENA/WWF y a Jesús Hernando guarda del refugio, Junta de comunidades de Castilla y León, a todo el personal del albergue y muy especialmente a todos los alumnos de los colegios de Gredos San Diego Las Suertes, Vallecas, Moratalaz, El Escorial y Las Rozas que nos visitaron y que nos dejaron aquí momentos irrepetibles junto a los buitres y las sabinas.
A todos gracias y os esperamos en breve, no dejéis de visitar el blog con nueva información y noticias sobre el albergue Sendas del Riaza.
FELIZ VERANO A TODOS.